¡Abrázame!
Hasta que mi sangre se licue con la tuya,
hasta que nuestros cuerpos sean cenizas.
Escribe en mi alma un último poema,
y será el rezo de mis labios,
en las noches que aún me esperan sin ti.
Y vuelo!
Con la libertad de tus brazos
que se hacen alas cada mañana.
Sonrío sin excusas, como si el firmamento
fuese un lienzo que cobija aquellos sueños.
No me sueltes!
Suspende el descenso,
acaricia con tus besos mis heridas.
Nos esperan los días eternos,
rociados por la promesa
de estar juntos en el fin de los finales del sol.
¡Abrázame!
Hasta que mi sangre se licue con la tuya,
hasta que nuestros cuerpos sean cenizas.
Escribe en mi alma un último poema,
y será el rezo de mis labios,
en las noches que aún me esperan sin ti.
Handry Santana
Handry Santana
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