DIOS: ¿UN PROMOTOR ARTISTICO?

Encender la televisión puede ser el inicio de un cambio inesperado, de experimentar sensaciones diversas y ver fantásticas transformaciones; muchas veces somos testigos de cómo lo falso y lo verdadero bailan el mismo son.

Y es precisamente lo que he visto en la televisión en estos últimos meses lo que me impulsa a escribir esta reflexión.Merengueros, mamberos, raperos, presentadores, peloteros y mega divas confiesan haber aceptado a Jesús en su corazón, cada uno, cada una, en religiones distintas, en propuestas diversas, bajo la misma marca: DIOS.

A lo mejor en lo alto de los cielos instalaron una empresa promotora de artistas y acá en la tierra algunos no nos hemos enterado. El convertirse a la creencia Cristiana, es un compromiso de vida, que incluye una entrega y convicción, una transformación autentica que nos hace distintos.

Creer en Dios es un milagro de fe, sentir su presencia en nuestras vidas es una virtud, un don que nos hace hijos e hijas privilegiados. No puede ser un discurso para “pegarse”, para conquistar un target (blanco de público), porque la única gloria debe ser para el y su grandeza. Temas para “enfriarse” con Dios, un “Dios te bendiga”, una lágrima falsa de aceptación, un “AMEN” con rima para blasfemar…DIOS NO ES UN RELAJO.

El mundo artístico es competitivo y en constante movimiento, lo que hoy es una innovación que acapara la atención de la audiencia pronto se puede convertir en desfasado o fuera de tiempo; es por ello que los artistas invierten grandes cantidades de dinero y esfuerzo en mejorar sus figuras, en presentar nuevas propuestas, en ser sobrevivientes en la selva del espectáculo al costo que sea, aún eso incluya sus principios y creencias.

Debo reconocer que muchos han sido tocados, pero estoy segura que muchos más son solo una recreación vulgar de un cristiano, que hablan de conversión mientras sus vidas siguen siendo un paño sucio de drogas, promiscuidad y desenfreno.
Dios no es un promotor artístico, el creo el arte…
No es un representante, es nuestro padre…

Usarlo como marca, como un pretexto detestable para ser apreciados es una acción que nos coloca en el último escalón.

Si aceptas a Jesús sinceramente en tu vida el abrirá las puertas por ti. Lee su palabra y vívela, no hagas un simulacro de que entiendes lo que nunca has sentido.
BUSCALO!…no te arrepentirás.

HANDRY SANTANA