La faena diaria nos aleja, nos aparta del entorno y hasta llega a robarnos la sensibilidad, estamos tan centrados en el trabajo que podemos olvidar que alguien espera una mirada o un saludo, tan simple como eso, para tener un mejor día.
Desde Enero veo a diario un niño de unos 10 años que vende maní cerca del canal; algunas veces le he regalado moneditas y hasta me ha contado episodios de su vida, mientras le reprocho por no estudiar. Es muy joven, pero sus piesesitos descalzos que sufren el calor de las calles, le han hecho madurar en su corto trayecto por una vida oscura heredada de la pobreza y la soledad. Su nombre es “Manuelito”.
Si pudiese compartir la ternura que envuelve su sonrisa, una mezcla de inocencia y padeceres. Un niño más que no recibe el pan de la enseñanza, mucho menos el pan en su desayuno. Trabaja para llevar comida, dinero y esperanza a su familia.
Un niño más al desamparado de una sociedad ciega e indiferente. Un niño más sin norte, el cielo es su techo y la calle su hogar. Un niño más sin el abrazo, sin la lección del día en la escuela. No hay tareas, ni papeles de colores, ni juegos de pelota, solo trabajo, su bandejita de maní, silencio y tristeza.
Mire sus ojitos hambrientos por una moneda la última vez que lo vi. Sentí rabia conmigo y el resto del mundo. Me prometí hacer algo importante por él la próxima vez que le viera.
Hoy, hace semanas que no lo encuentro ¿Dónde andará?
¿Y tú? ¿Cuantos “manuelitos” ves a diario?
En el semáforo, en los puentes, en la entrada a tu oficina, en la universidad. Miles de “manuelitos” dominicanos son abusados, maltratados por adultos. Y a nosotros no nos importa, estamos demasiado ocupados con nuestro mundo. Les arrebatan su futuro y los condenan a trabajos pesados y crueles para sus pequeñas manos. No pueden soñar, ni fantasear, la realidad les ha tocado la puerta.
La próxima vez que veas un “Manuelito”, por favor: no lo dejes ir igual que yo. Detrás de esa sucia cara puede esconderse el hombre o la mujer que cambiará el destino de la patria ¿por qué no?
No podemos cambiar al mundo; pero en nuestras manos esta cambiar la vida de alguien. Escoge tu “MANUELITO”. Denuncia el maltrato infantil, el abuso a menores es un delito grave y cruel ante los ojos de la justicia humana y reprochable ante la justicia divina. No permitamos que un niño más apague sus derechos a ser feliz, a ser amado…a ser simplemente un NIÑO.
Handry Santana
Desde Enero veo a diario un niño de unos 10 años que vende maní cerca del canal; algunas veces le he regalado moneditas y hasta me ha contado episodios de su vida, mientras le reprocho por no estudiar. Es muy joven, pero sus piesesitos descalzos que sufren el calor de las calles, le han hecho madurar en su corto trayecto por una vida oscura heredada de la pobreza y la soledad. Su nombre es “Manuelito”.
Si pudiese compartir la ternura que envuelve su sonrisa, una mezcla de inocencia y padeceres. Un niño más que no recibe el pan de la enseñanza, mucho menos el pan en su desayuno. Trabaja para llevar comida, dinero y esperanza a su familia.
Un niño más al desamparado de una sociedad ciega e indiferente. Un niño más sin norte, el cielo es su techo y la calle su hogar. Un niño más sin el abrazo, sin la lección del día en la escuela. No hay tareas, ni papeles de colores, ni juegos de pelota, solo trabajo, su bandejita de maní, silencio y tristeza.
Mire sus ojitos hambrientos por una moneda la última vez que lo vi. Sentí rabia conmigo y el resto del mundo. Me prometí hacer algo importante por él la próxima vez que le viera.
Hoy, hace semanas que no lo encuentro ¿Dónde andará?
¿Y tú? ¿Cuantos “manuelitos” ves a diario?
En el semáforo, en los puentes, en la entrada a tu oficina, en la universidad. Miles de “manuelitos” dominicanos son abusados, maltratados por adultos. Y a nosotros no nos importa, estamos demasiado ocupados con nuestro mundo. Les arrebatan su futuro y los condenan a trabajos pesados y crueles para sus pequeñas manos. No pueden soñar, ni fantasear, la realidad les ha tocado la puerta.
La próxima vez que veas un “Manuelito”, por favor: no lo dejes ir igual que yo. Detrás de esa sucia cara puede esconderse el hombre o la mujer que cambiará el destino de la patria ¿por qué no?
No podemos cambiar al mundo; pero en nuestras manos esta cambiar la vida de alguien. Escoge tu “MANUELITO”. Denuncia el maltrato infantil, el abuso a menores es un delito grave y cruel ante los ojos de la justicia humana y reprochable ante la justicia divina. No permitamos que un niño más apague sus derechos a ser feliz, a ser amado…a ser simplemente un NIÑO.
Handry Santana
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