Existen pensadores que escriben y escritores que piensan, existen gente que escribe lo que piensa y gente que ignora lo que escribe; pero muchos escriben, unos para contaminar, otros para purificar, algunos por el placer de expresarse.
Decía mi abuela: “existe de todo en la villa del señor”, una frase que a simple vista es de poca profundidad, pero en su esencia es una respuesta a millones de preguntas. Cada vez que un ser humano emite un juicio, una crítica o aporte utilizando un medio masivo para hacerlo, establece un compromiso que muchas veces puede ser ignorado.
Decía mi abuela: “existe de todo en la villa del señor”, una frase que a simple vista es de poca profundidad, pero en su esencia es una respuesta a millones de preguntas. Cada vez que un ser humano emite un juicio, una crítica o aporte utilizando un medio masivo para hacerlo, establece un compromiso que muchas veces puede ser ignorado.
Lo que está de moda es ponerle precio a las letras, es escribir a favor del mejor postor.
No puedo hablar de forma generalizada, aún en el país quedan plumas que se respetan y no venden el valor de sus pensamientos para favorecer personas o criterios ajenos a la verdad y los hechos.
Quienes escriben a precio de feria fabrican candidatos, héroes de papel, personajes sin color y se embolsillan el precio de la realidad. Algo está muriendo en nuestra sociedad, alguna vez fue llamada conciencia. Hoy la libertad tiene un precio y el pensamiento una inspiración traducida en monedas.
Handry
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